miércoles, 31 de agosto de 2011

Osobuco, sí leyeron bien: O-SO-BU-CO!

La verdadera historia de esta receta nace con la visita de mi amigo Marce, el uruguayo. Había que pensar en algo potente, creativo y distinto. Los vinos que iba a traer así lo ameritaban. Digamos que cuando me paré delante de mi alacena dije: ¿dónde pido la pizza? pero la creatividad se fue desprendiendo hasta llegar a esto que les voy a contar.

Un osobuco a la caserola empetrolado. Con una cebolla, ajo fresco y una papa en tamaños medianos, le sumé dos porciones del manjar medular cortado en pedazos. Lo sellé con Cognac, Hennessy V.S. Aparte preparé un caldo de hongos de pino y verduras y lo fui agregando de a poco. Pimentón, sal y pimienta negra no pueden faltar. Luego de un buen rato en la cacerola de hierro, 1 hora, le sumé arroz, pero no cualquier arroz sino uno especial cultivado en la zona del Pó de Italia del cual ya les comenté la historia, tiene textura y además se banca estas cocciones largas y aporta un gusto tostado y acaramelado realmente diferente. Lo dejé arriba del caldo sin revolver de manera tal que se vaya cocinando lento, sin dejar de agregar líquido todo se fue amalgamando y convirtiendo en el menos vistoso de los platos que me animé a hacer. Sobre el final un poco de crema, que también puede ser manteca para sumarle untuosidad a la preparación. Raro, lo veía y me parecía raro, pero al probarlo el esfuerzo valió la pena.



San Pedro de Yacochuya, vino tinto de Salta 80% Malbec y 20% CS el acompañante ideal.

Será difícil de replicar, pero de eso se trata.

1 comentario:

  1. Es verdad que no es muy vistoso, pero debe estar bueno. Ideal para un mediodía de invierno.

    ResponderEliminar